lunes, 14 de septiembre de 2009

Panorama desde Santa Odile


Las vacaciones han sido largas, pero merecidas. Otro día hablaremos de los dulces días del verano. De vuelta en Europa, las cosas no han cambiado mucho, es decir, no están peor que estaban, pero tampoco mejor.

Todo lo que cuente a partir de ahora puede quedar anulado si los irlandeses vuelven a decir que no al Tratado del Lisboa el próximo día 2, pero haciendo como si no existiera esta cita, diré que las instituciones siguen funcionando como siempre, es decir no muy bien. El Parlamento Europeo votará el miércoles sobre el segundo mandato de Barroso y ya se hacen apuestas sobre qué tan escuálida será la mayoría que le sostenga. Hoy lunes el líder de los verdes, Daniel Cohn-Bendit, intentó sin éxito sacar el tema del orden del día en una votación pirata, y solo ha servido para tomar la temperatura a la Cámara. Lo primero es que un total de 397 diputados presentes (sobre 736) no parece que muestre un entusiasmo desbordante. 248 han votado por mantener la votación y 135 por anularla, lo que dice mas o menos la proporción de apoyos con la que cuenta el portugués. Y eso que los socialistas han vuelto a ponerse del lado de los verdes y han pedido también anular una decisión que ya se aprobó en la conferencia de presidentes. Realmente Martin Shultz y los suyos deberían darse una vuelta por el monasterio de Santa Odile, no lejos de Estrasburgo, desde donde se vislumbra un panorama de lo más inspirador.